viernes, 26 de agosto de 2011

Cuidar nuestra imagen, ¿cuál es el límite?




Me encuentro ante un dilema, o si queréis, una paradoja del mundo de la imagen y de la moda:

Nos encanta la imagen, el cuidado personal y el maquillaje. Nos lo pasamos bien, porque es divertido encontrar un nuevo look para el día, un accesorio bonito que plantarse. Sin embargo, con más y más frecuencia y en vez de buscar una manera de realzar nuestras especiales y únicas características, sólo queremos imitar a tal o a cual y rechazar quién realmente somos en el proceso.

¿Y si encontrásemos un diseñador que no fuera el fetiche de Jennifer Aniston, sino cuyo trabajo resonara con nuestra manera de ser y nuestro carácter? ¿Y si encontrásemos unos cosméticos que además de ser benevolente con nuestra piel, no nos envenenaran con químicos? ¿Y si decido no ponerme los labios "nude", que aunque se lleven este año me hacen parecer una muerta? ¿Y si tomo la valiente decisión de no ponerme botox a los 45, porque decido que la sociedad no tiene ningún derecho a exigirme que tenga una piel como a los 15? (¡Y porque prefiero sonreír a estar paralizada, leches!)

Todas las mujeres que conformamos el público objetivo al que la moda y la cosmética vende millones cada año podemos elegir, en cada momento, productos que apoyen las mujeres que somos, que celebren nuestra naturaleza y que no pretendan "corregir los defectos" que para empezar ni siquiera existen.

¿Qué tal si esta vez, la próxima vez que compremos algo, compremos para María, Cristina, Sandra, Laura o Silvia? Para nosotras, pensado en nosotras y no para esas "otras" que el mundo de la moda y la belleza pretende que seamos.

Compra a compra, elección a elección, podemos cambiar el mundo. ;)

Celebra tu belleza única en el día de hoy, partiéndote de risa. :)











1 comentario:

  1. Plas plas plas plas (sonido de aplauso) ole ole y ole. Completamente de acuerdo, es más, creo que es un alegato más hacia la defensa de nuestra personalidad, nuestro género y la ruptura al machismo. Puede parecer radical, pero comparto cada una de las palabras que dedicas en esta entrada, y añado, que tanto nos asombran las acciones del islamismo u otras medidas religiosas machistas y nos asombra que como bien dices, la sociedad machista en la que vivimos decide, que en un hombre son atractivas las canas, y en una mujer es síntoma de declive.

    Un abrazo!

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